Sigue la temporada de Cumpleaños en la Familia Avellana

Esta vez se trata del mio.  Como en este caso la tarta solo la iban a comer mayores, la bañé en un almíbar de vainilla, canela y gran marnier que le dio un toque delicioso.  El bizcocho también era un MSC pero algo aligerado de harina, ya que solo iba a llevar un piso y no tenía que aguantar gran peso. Para el relleno, el chocolate ganó por goleada entre las predilecciones de los comensales, además de una capa de buttercreme de mantequilla de cacahuete que a mi me encanta.

Por cierto, odio el verano... si lo se... los que me conocéis ya sabéis que no me gusta nada el calor; pero es que además hacer tartas de fondant con la humedad y el calor que hay en Valencia es una completa aventura. A puntito estuvieron los becarios de quedarse sin pastel. 

Tras estirar la masa varias veces, y cuartearse las mismas veces, me desesperé. Se hacia cada vez más elástica y gomosa... uf. Al final la enfríe un poco y la pude estirar. Sabia que luego iba a brillar mucho pero al menos se quedó en su sitio. Gracias a las mariposas que se posaron grácilmente en los lugares donde se notaban los fallos...

Por lo demás... Os enseño la mesa que puse en el trabajo. Añadí unas magdalenas en forma de estrella que hice con unos moldes que me regaló Mamen super bonitos; unos cupcakes  y algo salado además de las obligadas chucherías que en mi despacho son asiduas al recull. 

Llevarlo todo al trabajo si que fue una odisea, pero valió la pena: éxito total en el nivel de celebraciones del Departamento de Prensa.

               Es la primera foto que pongo por dentro... Como siempre se las llevan...